Pijamismos...

La presión ejercida por nuestras lectora y lectores, ha surtido efecto y nos hemos visto obligados a publicar. Hace ya dos fines de semana tuvimos el gran placer de cenar en el recién estrenado nidito de amor de Isa y Cojón. A los floreros no se nos ocurrió mejor manera de homenajear a los anfitriones, que vistiéndonos en pijama para la cena. Pensaréis que no es muy normal llegar a una casa ajena vestido de calle y ponerse el pijama para cenar, pero todo tiene su explicación. Cuando Cojón venía a cenar a La Casa de las Flores entraba por la puerta en traje y corbata y, tras unos minutos a modo de transformación a lo Lluvia de Estrellas, aparecía en pijama y pantuflas, demostrando que para él ésta era también su casa.

La cena fue todo un éxito, y los platos que nos prepararon Isa y Cojón demostraron que se las apañan mejor que bien en la cocina, así que nos pusimos las botas. Después, largas horas de conversación interesante con los anfitriones y con los otros invitados de la noche, Perri y Tomas.

De vez en cuando apetece tirarse hasta las 4 de la madrugada charlando tranquilamente y disfrutando de la buena compañía. Habría que repetir más a menudo...
En fin, desde aquí queremos desear muy buena suerte a la parejita en su nueva etapa post-florera. Venid más a menudo, que os echamos de menos!!

Etiquetas: , , , ,

2 Respuestas a “Pijamismos...”

  1. # Blogger Lol

    Hombre, menos mal! Por fin algo que comentar. Tiene buena pinta si... Supongo que kebab no os pusieron, verdad? jajaja.
    Muy bueno lo del pijama. Yo conozco a dos que iban a una fiesta de fin de año en la que exigían traje de noche y aparecieron en camisón... No pudieron entrar, pero se rieron un rato. Por lo que veo, a vosotros os dejaron que os quedarais. Lástima de perderme la cena de gala dentro de dos semanas. Lloro.  

  2. # Blogger Rucito

    No llores. Aún estás a tiempo.
    La cena en casa de Isa y Cojón fue estupenda. Lo peor fue tener que cargar con un planta más alta que yo por el Paseo de las Delicias mientras el frío horribilérrimo me dejaba las manos como dos carámbanos.
    Pero mereció la pena. Esperemos repetir muy pronto. Esas cenas de familia son muy amenas, instructivas y graciosas.
    Y, ni que decir tiene, el momento pijama fue estupén. Y bien guapos que estábamos.  

Publicar un comentario