Un año más, la Casa de las Flores se congratula (se congratuló porque casi escribo meses después) de inaugurar la Terraza Floral para la temporada 2008, y como no había mejor forma, ¿qué mejor que celebrarlo con una comilona un sábado de resaca?

2 meses después, pero fieles a nuestra tradición retomamos el blog, limpiamos las telarañas del lugar y nos disponemos a actualizar.

Ésta vez, la Casa de las Flores volvió a demostrar su experiencia en la organización de grandes eventos, montando una fiesta "quepaqué". Tropecientos invitados, pocas cervezas (no se nos puede dejar ir a comprar a Piticli y a mí que siempre la armamos), bastante alcohol y poca coca cola (... en fin... somos un dúo cómico), picoteo rico rico, vecinos que nos riegan a la 1 de la mañana, regalitos ... pero sobre todo la mejor de las compañías: los mejores amigos.

¡Muchas gracias chicos por venir y hacer de la fiesta una noche inolvidable!

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En la Casa de las Flores vivimos con otra medida del tiempo. No es solo que desayunemos a deshoras, que nos levantemos cuando nos lo pide el cuerpo (eso solo los fines de semana), que nos acostemos con los primeros rayos de sol de la mañana, que cenemos tarde o comamos a las 5 de la tarde.
No. ¡Qué va!. En la Casa de las Flores vamos más allá.
Todavía tenemos montado el árbol de navidad con sus guirnaldas, con sus luces, con sus bolas y estrellas, con su espumillón,... Que nos hace gracia y no pensamos quitarlo hasta, por lo menos, la navidad que viene.
Y mucho más que eso. Tenemos una flor de pascua. De esas con hojas rojas que están súper bonitas en diciembre, pero que el 2 de enero están más muertas que el mismísimo Chanquete. De esas que pueblan los cubos de basura de media España después del día de Reyes.
Pues la nuestra se resiste a morir, la jodía. Se mantiene ahí, impasible, en la misma maceta en que fue comprada. Echando hojas nuevas de color rojo de vez en cuando. Lustrosa, sana y con pinta de no querer abandonarnos en mucho tiempo.
¿Será que todo el año es navidad en mi casa?. ¿Será que es un caso tipo Dorian Grey y que se morirá si retiramos el árbol? ¿Será que le sienta bien el ambiente malsano, la falta de horarios, el humazo de los cigarrillos y el vapor de las comidas? ¿Será que es un ente de otro planeta que se está preparando para devorarnos cualquier noche en que durmamos desprevenidos? ¿O será que, simplemente, le mola y se quiere quedar con nosotros (como tantos otros visitantes de la Casa de las Flores)?.
¡Que alguien me lo explique, por favor!