Este ha sido un fin de semana de esos que apetece. Muy poco malgastar el tiempo y mucho culturismo y actividad cerebral de esa que, a veces, es más que necesaria para ejercitar las pocas neuronas que quedan con vida después de agotadoras jornadas de alcoholismo, tarimismo, musiquismo y "no dormismo".
Tras un viernes y un sábado de estar en casita (la Casa de las Flores mola) comiendo y cenando en la terracita, el domingo nos fuimos al MNCARS (que ahora resulta que así se llama el Reina Sofía) a ver una exposición de pinturas de Le Corbusier que no moló nada y una sobre Lo[s] Cinético[s] que es impresionante.
Después nos fuimos todos a comer a casa, que el horno no estaba para bollos y los estómagos estaban por los pieses. Y nosotros, ilusos que somos, creíamos que llegábamos tarde y que nos esperaban con cara de "vaya horas". Mentira. Había un jolgorio montado que "pa qué". El Richar, Cojón y todos los habitantes de la Casa. Un fiestón, vamos. Comilona, vinazo, chupitos y postres variados.
Y, ¿qué es lo mejor que se puede hacer una tarde de caluroso domingo?. Pues irse de cañitas por ahí. Y así lo hicimos. Eso y montar un pollo en la pizzería que mejor no volvemos en un par de meses a ver si así se olvidan de nosotros (al menos de mí).
Después de tanta actividad nos fuimos a ver la casa nueva del Richar. En realidad nos fuimos a tomarnos unos "bailes" sin hielo, a jugar a la WII (Zanti Pa!) y a morirnos del frío acondicionado (Siren y yo).
Y, con esto y un bizcocho, hasta el día siguiente a las ocho para ir a currar descansados, frescos y lozanos. ¡Me encantan los lujismos!.
Tras un viernes y un sábado de estar en casita (la Casa de las Flores mola) comiendo y cenando en la terracita, el domingo nos fuimos al MNCARS (que ahora resulta que así se llama el Reina Sofía) a ver una exposición de pinturas de Le Corbusier que no moló nada y una sobre Lo[s] Cinético[s] que es impresionante.
Después nos fuimos todos a comer a casa, que el horno no estaba para bollos y los estómagos estaban por los pieses. Y nosotros, ilusos que somos, creíamos que llegábamos tarde y que nos esperaban con cara de "vaya horas". Mentira. Había un jolgorio montado que "pa qué". El Richar, Cojón y todos los habitantes de la Casa. Un fiestón, vamos. Comilona, vinazo, chupitos y postres variados.
Y, ¿qué es lo mejor que se puede hacer una tarde de caluroso domingo?. Pues irse de cañitas por ahí. Y así lo hicimos. Eso y montar un pollo en la pizzería que mejor no volvemos en un par de meses a ver si así se olvidan de nosotros (al menos de mí).Después de tanta actividad nos fuimos a ver la casa nueva del Richar. En realidad nos fuimos a tomarnos unos "bailes" sin hielo, a jugar a la WII (Zanti Pa!) y a morirnos del frío acondicionado (Siren y yo).
Y, con esto y un bizcocho, hasta el día siguiente a las ocho para ir a currar descansados, frescos y lozanos. ¡Me encantan los lujismos!.
Etiquetas: culturismos, Fiestas, Flores, Terracitas
Aprovechando mi inactividad casi permanente en el curro, que se va haciendo más patente con lo días, voy a poner un comment a este gran post de rucito.
La verdad es que podemos estar orgullosos del finde pasado (bueno, salvando los momentos futbolísticos para los culés como yo) porque fue de los más provechosos que recuerdo en bastante tiempo. Incluso hubo tiempo para una visita a Ikea, aunque no conseguimos la Expedita para redecorar del todo nuestras vidas.
De todas formas, me quedo con los momentos de terracita que compartimos, como de costumbre, en buena compañía. El veranito está cerca!!
Maldición!!!. ¿Cómo habré podido olvidarme de la mañana Ikea, del desencuentro expedito, del retorno gitanil y de las compras vespertinas bermudiles y cholares?. Debo estar haciéndome mayor.
Qué buen finde fue el pasado... ¡Qué rico es que Lorencito brille!